haciendo lazos
  CAPITULO II VIÑETA CASO MARCELA
 

CAPITULO II   “LA LUZ DE MIS OJOS”

 

 

     Todos los sentidos apuntaban a Pablo, todos los pensamientos, las circunstancias diarias, no era tanto lo que se veían, pero se eternizaba en la mente, la existencia de aquel muchachito dulce, extremadamente hermoso a los ojos de Marcela,… no había sensación más plena que esa, increíble, completa.

 

      Desde la clínica es muy común estas vivencias en las cuales particularmente las mujeres, en tanto propensas a la histeria, idealizan, ya dije! los ideales, los ideales! Y todo lo que se enaltece, en algún momento cae, en los extremos no se puede sostener nada, no existen los blancos y los negros. Claro que cuando se es muy jovencito esto no resulta tan a las claras, o al menos no, en algunas personalidades inocentes.

 

    Marcela no dudaba ni por un segundo de ese amor, que iba creciendo, pasaban los meses y hasta aparecía el tema de casarse, casarse?

 

Siii más adelante!, cuando fueran un poco más grandes, pero ya se hablaba de ello! y ella siempre había sido Susanita, tal vez el ideal mayor era verse con hijos y un marido “perfecto” y mostrarle al resto del mundo que su familia era sublime!

 

 

Cabe aclarar que Pablo le lleva cinco años y son edades bastante disímiles, una casi niña, en particular por ciertos rasgos inmaduros, terminando la secundaria y un muchacho de 22 que ya trabaja, es independiente en muchos aspectos y ha tenido varias relaciones previas, marcan una diferencia sustancial, que por supuesto Marcela, no la notaba.

 

 

Y el sólo hecho de recibir semejante propuesta, casamiento!!, era la felicidad con todas las letras, rebosante, impensable que le estuviera pasando y a partir de ese instante todo estar en relación a ello.

 

 Sí! Comprar cositas para más adelante, contar cuánto faltaría? Un año? dos?? Soñarse con el vestido de novia y ser la novia más hermosa sobre la faz de la tierra, no por su belleza particular en sí, Marcela nunca se había sentido linda, pero que un chico la quisiese, le hacía cambiar la perspectiva de sí misma.

 

   Ahora se sentía valorada, querida, mirada y estudiar era para ese futuro en pareja, trabajar era para proyectarse, hasta el más nimio detalle era en pro del objetivo futuro, estar juntos, fusionarse, crecer, envejecer juntos.

 

      Los ideales …. se plasman, alguien espera algo de nosotros, y en algunos se impone querer satisfacerlos, ser el hijo o la hija perfecta, ser el más destacado en la escuela, tener el cuerpo ideal, ser la familia Ingalls, ser la novia ideal o tener el novio ideal.

 

 Acá está Marcela, la hija que pretende ser obediente, aunque haya manifiestos de rebeldía, pero no tantos, la chica que tiene al novio más lindo y mostrárselo al mundo! Sentir que camina por la calle y recauda miradas, pero por quién la acompaña, ser alguien por estar con alguien!

 

  Entonces, también entra en juego el menoscabo de la personalidad, sentirse completa, en tanto existe otro que la complete, ser en función del otro, Pablo, la luz de sus ojos! suena hermoso, ¿pero qué pasaría si la persona se retirara?, ¿qué pasaría con la felicidad de alguien si por la razón que fuese, hubiera que prescindir de esa presencia tan edificante?

 

 
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