haciendo lazos
  JUEGO Y SERIEDAD
 

 

   La vida puede ser vista como un gran juego, pero también se dice: “el juego es en broma, la vida es en serio”.

 

  Pero el juego exige ser tomado en serio, de lo contrario fracasa, acostumbramos a unir el juego con la infancia y las actividades de los niños miradas con ojos superficiales no parecen serias. 

El pequeño que juega está puesto intensamente en su menester, es significativo su quehacer aunque sea compatible con la risa, porque el juego es alegre y genera la alegría de sentirse sano, capaz, habilidoso.

    Sino todo puede ser jugado, tampoco todo puede ser formal y obligatorio, cuando el trabajo es feliz, posee muchas características del juego:

 Nos brindamos a él con espontaneidad

Sentimos que damos curso a las habilidades

Nos permite liberar tensiones

Nos ponemos en relación armónica con el prójimo

      También cuando el juego es feliz, pleno, insensiblemente prepara para el trabajo, ya que genera fidelidad a las reglas, respeto al prójimo, cooperación constructiva....

     No hay que oponer juego y trabajo, ambas requieren su tiempo y espacio, un niño jugando posee su círculo imaginario, un aislamiento que debemos respetar, llámese fortín, casa, tablero o arco......

    Y sin embargo, ¡cuántas veces rompemos ese mágico aislamiento sin consideración!

 

 
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