haciendo lazos
  acerca de las terapias
 

 

 

En las terapias se escriben historias, llevamos un personaje, atravesado por cientos de identificaciones y por supuesto subjetividades… nos llevamos a nosotros mismos, con todo lo que ello implica, re-historizamos, le damos vuelta a nuestra propia novela familiar y personal.

Portamos una mascara/ mascarada y atravesamos los fantasmas personales, en el mejor de los casos.

Es interesante comprobar cómo escribimos nuestro propio libro y rearmamos las vivencias con finales diferentes a los que nos creíamos casi predestinados.

Uno va armando piezas de un rompecabezas que puede resultarle “propio/ajeno” y dentro de los grados de confusión que aparecen, se logra desentrañar algo de los  enigmas de nuestro ser.

 

Pretendiendo hallar “verdades” encontramos apenas rastros, pero suficientes para realizarnos preguntas más intrínsecas.

Es  difícil poder transmitir experiencias clínicas y Gabriela Liffschitz (escritoria y fotografa) que no es psicologa, sino una analizante lo pudo realizar con una claridad impecable.

 

 Ella paso por varios analisis freudianos y el ultimo (aprox de 7 u 8 años) fue lacaniano, y transcurrió el fin de análisis transitando una enfermedad incurable a los 35 años (y lamentablemente falleciendo de cáncer).

Pero en medio de este escenario trágico, se diría, ella logró paradojamente estar más feliz que en años anteriores cuando lo tenia casi todo, o al menos no serios problemas, pero experimentaba  una angustia casi permanente, que no la dejaba disfrutar la vida en general.

Una frase de Gabriela Liffschitz dice:

 “la verdad personal es solo una particularidad de cada uno, un rasgo a veces, rayano en el absurdo. Resulta inaplicable a nadie más”. “El fin del analisis  no tiñó mi mirada de un suave rosa comprensivo- no se trata de eso, no estoy más allá del bien y del mal ni tampoco más aca….simplemente ahora tengo a  mi disposición lo que haya para ser vivido y consiguientemente la capacidad para tomarlo”.

Este párrafo nos muestra cómo aún en situaciones durísimas se puede hacer algo diferente, pero este aire superador no deviene tan sencillamente, son años de trabajo analítico para adquirir esta posición.

Nos la pasamos años quizás dándole vueltas y vueltas al intento de atrapar algún grado de verdad, porque creemos en las verdades y convicciones, pero con el análisis  van cayendo, porque las relatividades son posibles y se accede a no caer en lecturas tajantes de las circunstancias.

Volviendo a frases de Gabriela:

“ era inevitable que el cáncer tomara sus tiempos de angustia, de dolor, y claro, las actividades espeíificas que requería, pero no era en lo absoluto necesario que tomara nada más.Y  yo me centraba en el resto o en aquello que lo involucraba no desde la enfermedad sino desde la creación, la investigación, el descubrimiento, la reflexión, el desafío, el chiste, etc”

..”el problema residía en la posición que pudiese tener para no importaba qué, es decir, más que la cosa, la relación con la cosa”

 

Y si de cambios de posiciones se trata, es un antes y después de las miradas, las relaciones personales y con las cosas, porque fueron cayendo las identificaciones y desaparecen muchas desquisiciones, enrollos que generan gastos de energías que después se pueden  destinar a otras cuestiones más saludables y productivas.

 

Este es sólo una pequeña introducción al cambio que se opera en un tratamiento, después cada experiencia es única, intransferible, es singular para cada persona, para cada sujeto del inconsciente y el camino a recorrer y desandar será una construcción a encarar.

 

 
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